tag:blogger.com,1999:blog-85625344268795028292023-11-15T23:51:21.585-08:00La caza de la VampiraMa. Virginia Ventura "La Vampira"http://www.blogger.com/profile/07876478188198111690noreply@blogger.comBlogger5125tag:blogger.com,1999:blog-8562534426879502829.post-40810857760914728592015-05-29T06:48:00.000-07:002015-05-29T06:50:44.897-07:00Painted Black<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<i><span lang="EN-US">“I see a red door and I want it painted black <o:p></o:p></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<i><span lang="EN-US">No colors anymore I want them to turn black…”<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
</div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<i><span lang="EN-US">Mick Jagger & Keith Richards</span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<i><span lang="EN-US"><br /></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9w5zRqWtnRug9_lM7D4dXEFl6-9KNAm2CQsMsTLlZWp3nMf9JPXu7rQ-j6IqbCl2UK9VMYZT4r68RW8Bx4Oo3oHNhCxB1CYbzEGOr8Fa6v2eYJSaW8qwSOBnI2E80I8logjz438LH/s1600/TAPA+SANGRE.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9w5zRqWtnRug9_lM7D4dXEFl6-9KNAm2CQsMsTLlZWp3nMf9JPXu7rQ-j6IqbCl2UK9VMYZT4r68RW8Bx4Oo3oHNhCxB1CYbzEGOr8Fa6v2eYJSaW8qwSOBnI2E80I8logjz438LH/s320/TAPA+SANGRE.jpg" width="226" /></a></div>
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
— <i>Voy a
matarlo</i>— esas palabras resonaron en la mente de Alexia irrumpiendo en su
sueño. Sus párpados se abrieron revelando el negro de sus pupilas, que se
clavaron en el chico que dormía junto a ella. Allí estaba él, descansando a su
lado, tranquilo y con vida, <i>vivo</i>.
Ella era ahora su mujer. Las amenazas de Mercedes no debían asustarla más. </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
—<i>Si no es
mío, no es de nadie—</i> le había jurado cuando se apareció frente a la puerta
de su casa, sola, desalineada y llorando a mares. Ese <i>nadie</i> era Alexia. Unos meses atrás, Xabier había abandonado a
Mercedes para correr a sus brazos. Todo era perfecto desde entonces. Y parecía ridículo
que desde ese día en que Mercedes había irrumpido con amenazas, Alexia no descansaba
tranquila. Sentía pena por Mercedes, pero no era culpa suya. Mercedes era la
única responsable de que Xabier la haya dejado. Aunque era incapaz de aceptar
su responsabilidad y parecía dispuesta a todo, incluso de matar a aquel a quien
consideraba su gran amor.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
Los sueños, las pesadillas, no daban tregua a su
tormento. Mercedes parecía haber enloquecido, ignorar ese hecho le resultaba
imprudente, y su inconsciente no podía evitar proyectar por las noches sus
grandes temores. La mujer no estaba en su sano juicio y parecía ser capaz de
cualquier cosa. Cada noche, Alexia soñaba con la muerte de su pareja y
despertaba aterrada, rogando encontrarlo con vida y durmiendo a su lado, como
ahora.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
— ¿Qué te pasa, Alex?— Xabier despertó, la intensa
mirada de su mujer había atravesado su sueño y lo había traído al mundo real. </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
— Nada, pienso…— dijo Alexia, intentando en vano disimular
su miedo, como hacía siempre. Claro que inútilmente, porque Xabier estaba al
tanto de sus tormentos. Las primeras noches tras las amenazas, los despertares
habían sido mucho más intensos, cargados de gritos y sollozos, por lo cual
había tenido que explicarle los motivos de su estado.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
— En Mercedes, ¿no?— él le sonrió, una de esas
sonrisas calmas, de las que intentan apagar inútilmente ese inquietante temor
que a veces envuelve al alma de la mujer—. Te dije más de mil veces, es puro ruido,
la conozco, no mataría una mosca—. Él le acarició la espalda, recorrió sus
muslos y la besó, seduciéndola, tratando de distraerla de sus pensamientos.
Ella acarició su pecho, su estomago y se dejó llevar por el deseo. Sus cuerpos
se unieron hasta que el placer los venció. Cayeron profundamente dormidos uno
en brazos del otro.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
Cuando Xabier abrió los ojos, el amanecer había
llegado y su mujer no estaba a su lado.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
— ¡Alexia!— llamó. Nada.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
— <i>Voy a
matar a esa puta</i>— había jurado Mercedes en el instante en que él estaba
atravesando la puerta con su bolso para abandonarla por su nuevo amor, la dulce
y tierna Alexia. Eso había jurado el día que él dejaba atrás años de
sometimiento a una mujer delirante, enferma. Saliendo al fin de una relación
miserable y sin sentido. Abandonando la tristeza por la esperanza. Al recordar
esas palabras, sintió que su corazón se aceleraba y un frío intenso recorría su
espina. Nunca las había tomado en serio, nunca hasta ahora. Vistió lo primero
que encontró y corrió, sin nada más que su celular y un juego de llaves en el
bolsillo, a casa de Mercedes.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
La casa era la viva imagen del dolor y la locura
de Mercedes, tal como la había dejado. Entró sin llamar, la puerta estaba sin
llave, las luces apagadas y todo estaba cerrado, la oscuridad era intensa. Pero
se oía claramente una canción, <i>Painted
Black</i>. </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
Se dirigió al pasillo que daba al cuarto y al
baño, notó que había algo derramado en el piso, patinó y cayó de espaldas sobre
eso. Era un líquido espeso, lo iluminó con su celular, era rojo, rojo sangre.
Pero no, no podía ser, Mercedes no mataba una mosca. Durante años había luchado
contra su depresión, sus trastornos obsesivos, su compulsión, pero nunca contra
la maldad. Una sensación de frío recorrió su espina, no podía ser posible.
Alexia no tenía nada que hacer allí, nada. Sin embargo, el piso estaba cubierto
en sangre.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
Con dificultad, se puso de pie y encendió la luz.
El rastro de sangre conducía al baño. Dispuesto a descubrir cualquier cosa,
decidió entrar, decidió verlo él mismo aunque fuera incapaz de olvidar. No
podía ser. Pero sus ojos revelaron algo quizás igualmente perturbador a aquello
que anhelaba no ver. Mercedes yacía en la bañera con sus muñecas cortadas, sumergida
en un rojo intenso.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<i>— No me
esperes, amor… pasó algo… le pasó algo a Mercedes.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
Cientos de policías, toma de declaraciones,
esperas, preguntas, respuestas. Largas horas pasaron hasta que Xavier pudo
volver a su hogar. </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
Allí encontró a Alexia en la cocina, preparando la
cena, esperándolo. Ella corrió a sus brazos al escucharlo entrar.</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
— Lo lamento tanto, amor, lamento que hayas tenido
que ver eso. Sé que fueron mis pesadillas lo que te llevaron a la casa de
Mercedes a esa hora— dijo ella entre besos al ver su la mirada perdida en el
horror, en la culpa—. Pero no te sientas mal, ella lo quiso así. Era cuestión
de tiempo…— Alex estaba animada, en cierta forma. Parecía no notar el rojo
oxido que manchaba la ropa de Xavier. Se dio vuelta, tomó un cuchillo de la
pileta de la cocina y, mientras cortaba la carne en bifes para arrojar a la
plancha que aguardaba incandescente, comenzó a tararear una canción de los
Rolling Stones.</div>
María Virginia Venturahttp://www.blogger.com/profile/00253538984432089695noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8562534426879502829.post-62100187791867403582014-11-12T15:09:00.002-08:002014-11-12T15:09:32.071-08:00Páginas en Blanco<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">En el silencio
de su habitación, Ana sorbía café. Le gustaba cargado y amargo. La taza
humeante liberaba el mismo aroma día tras día, su esmalte blanco estaba ya
corrompido por el color de esa bebida oscura.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">El único vicio
de Ana era el café. Se sentaba en su escritorio siempre con la misma taza rebosante
y una pila de hojas blancas para intentar diseñar alguna prenda digna de la
nueva colección. Su pasión había desaparecido con la misma velocidad que la
cantidad de tazas de café había ido aumentando.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">El lápiz
acariciaba las páginas blancas dejando una huella gris que iba tomando la forma
de una figura de mujer envuelta en ropas extrañas. Todo era ya un ritual sin
sentido, ni todo el café del mundo hubiese sido capaz de devolverle su pasión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Hoy es día de compras.
El café esta a punto de faltar en la alacena, es necesario evitarlo. Se calza
sus botas de cuero negro y se dispone a abandonar por un momento su
departamento, como sucede todos los jueves. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">El jueves es el
único día que intenta salir, siempre a las dieciséis. Le resulta perturbadora
la más mínima alteración de su rutina, por eso es el día ideal. No solía ser
feriado, de esa manera, nada tendría la necesidad de ser alterado nunca.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">La puerta se
cierra dejando tras de sí un departamento deshabitado. En el escritorio, las
páginas vírgenes descansan esperando ser acariciadas por el lápiz que yace
junto a ellas. Pero la ventana se abre y muchas de ellas son alejadas del
harem, arrebatadas de su lado. Recorren el suelo arrastrándose en busca de
libertad, escapando a las caricias de su amante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">A las diecisiete
la puerta se abre nuevamente. Un bolso colmado con envases metalizados de café
en grano la atraviesa en manos de Ana, para ser abandonado en la mesa de la
cocina.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Ana se detiene
un momento, contempla las vírgenes desparramadas por el piso y comprende que
algo está mal. Todos los jueves hace las compras, todos los jueves abandona el
departamento de la misma manera, y nunca encontró las hojas tiradas. La ventana
está abierta. Ella no la deja así, ni siquiera esta vez la había dejado así,
está segura. Las páginas blancas le advierten que no está sola.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Era rara.
Comentan los vecinos. La policía entra y sale del departamento. Seguramente
andaba en algo... Algunas hojas cruzan volando los pasillos, libres ya. El
lápiz ha sido asesinado y yace partido en dos mitades bajo el escritorio. Otras
hojas han bebido la sangre de Ana y ahora lucen un radiante color rojo. Están húmedas
y blandas, pero pronto quedarán secas y rígidas. El cuerpo de Ana reposa en el
charco su propia sangre. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 200%;">Uno de los
hombres de traje azul toma una de las bolsas de café abandonadas en la mesa y
la esconde en su bolsillo. En la alacena, sólo quedan unos granos.<o:p></o:p></span></div>
María Virginia Venturahttp://www.blogger.com/profile/00253538984432089695noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8562534426879502829.post-15855409748400971352014-05-27T08:48:00.000-07:002014-05-27T08:49:21.702-07:00Aire<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">Oscuridad. Silencio. No puede
respirar. Golpea las paredes de madera que le aprisionan. Nada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">— Anna, Anna…— una voz de hombre la
despierta con dulzura—. Volviste a quedarte dormida. No tiene sentido que
alquilemos más películas si pensás hacer siempre lo mismo. Además, ésta la
elegiste vos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">Los reproches de Alan no son
verdaderos. Ella lo sabe. Él lo sabe. Se le acerca con suavidad y deposita en
sus labios el calor de un beso.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">— ¿Por qué me despertaste?— ella lo
sabe, pero necesita escuchar a otro decirlo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">— Tenías una pesadilla. Respirabas
agitada. Como si te faltara el aire— tan real. Para Anna había sido real—.
¿Querés contarme?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">— No, amor. Ahora no— se acurruca a
su lado y continúan viendo la película.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">«Ayudame» un susurro se cuela en el
oído de Anna. Se sobresalta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">—¿Qué pasó?— él la mira intrigado.
No está dormida.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">— ¿Escuchaste eso?— Alan la observa
con el ceño fruncido. Esboza una sonrisa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">— Eso…, eso... Una voz—. Alan no
comprende y la mueca de su rostro lo demuestra. Gira su cabeza de lado a lado.
No sabe de qué le habla.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">— La verdad, nena, no escuché nada.
Seguramente te estabas quedando dormida.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">Anna mira a su alrededor, busca el
origen de aquel sonido. Nada. No ve nada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">— Debe ser. Me debo haber estado
quedando dormida.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">«Aire», un susurro la despierta.
Abre los ojos y ve que su amado descansa a su lado. Sólo ella lo ha oído. Puede
asegurarlo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">Se sienta en la cama. Un frío
eléctrico recorre su espina. Hay alguien, alguien la llama. Mira al frente.
Está ahí. Lo sabe. Enciende la luz de su velador. Durante unos segundo la ve.
Una mujer, la piel azul, la boca y los ojos abiertos de par en par, desaparece
ante ella.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">Un grito se gesta en la garganta de
Anna y escapa por su boca. Alan despierta sobresaltado. No sabe que ocurre, no
entiende. Anna no dice nada. No va a creerle, los hombres no creen.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">Se despiertan como siempre, temprano
por la mañana. Aunque ninguno ha dormido realmente.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">Beben café y comen tostadas para el
desayuno.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">Se visten, se arreglan. Anna toma su
cartera, Alan agarra su maletín y juntos caminan hacia la puerta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">Alan abre. Pero algo obstruye el
paso. Una caja de madera de gran tamaño.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">— Alguien se equivocó. ¿O vos
esperabas algo?— pregunta Alan. Pero ella no contesta. Está paralizada. No, no
esperaba nada, pero sabe lo que hay en la caja. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">Entra corriendo para buscar un
martillo que le sirva para sacar los clavos. Su marido la mira preocupado y
curioso a la vez. Lo suficientemente curioso como para no intervenir.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">Anna comienza a quitar uno a uno los
clavos hasta que la tapa queda suelta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">— Aydame a correrla— él la ayuda.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">Miles de bolitas de polietileno se
liberan cuando la madera que hacía de tapa es corrida. Anna se asoma para ver
el contenido de la caja. Ella lo sabe. Una mujer asfixiada, con los ojos y la
boca abiertos, y la piel azul. Alan tenía razón, alguien se había equivocado.</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES">Ella le pidió ayuda, Anna no lo
creyó, no confió en si misma. La culpa va a atormentarla por siempre. La había
ignorado, cuando lo único que esa mujer le había pedido era aire.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span lang="ES"><span style="font-size: x-small;"><i>*Cuento publicado en </i>Sueños Dirigidos<i> de Editorial Dunken.</i></span></span></div>
María Virginia Venturahttp://www.blogger.com/profile/00253538984432089695noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8562534426879502829.post-46439069977551530072014-05-17T12:37:00.001-07:002015-05-29T06:51:34.195-07:00Femicidio<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9w5zRqWtnRug9_lM7D4dXEFl6-9KNAm2CQsMsTLlZWp3nMf9JPXu7rQ-j6IqbCl2UK9VMYZT4r68RW8Bx4Oo3oHNhCxB1CYbzEGOr8Fa6v2eYJSaW8qwSOBnI2E80I8logjz438LH/s1600/TAPA+SANGRE.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9w5zRqWtnRug9_lM7D4dXEFl6-9KNAm2CQsMsTLlZWp3nMf9JPXu7rQ-j6IqbCl2UK9VMYZT4r68RW8Bx4Oo3oHNhCxB1CYbzEGOr8Fa6v2eYJSaW8qwSOBnI2E80I8logjz438LH/s320/TAPA+SANGRE.jpg" width="226" /></a><i>—Tengo que decirte
algo. Quería que te enteraras por mí y no por otros. El lunes me voy con
Marcos, nos vamos a vivir al sur.</i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Walter… ¡Hey…!<i> </i>Walter…—
lo llamaba su compañero de oficina. Walter estaba perdido en un pensamiento. Con
la mirada detenida en la nada y los párpados sostenidos en el tiempo—. Walter…</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—S-s-sí. Perdón. ¿Qué pasa?— dijo Walter mientras regresaba
a la realidad.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Nada, que necesito que me firmes estos papeles. ¿Estás
bien, macho? Te noto algo cabizbajo. ¿Es por la Sole? Te dijo que se iba, ¿no?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Sí, ayer— respondió, mientras su mirada caía al suelo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Veo que no te cayó bien la noticia— dijo su compañero. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Nah… Toy bien, negro. Nada más que ando con muchas cosas en
la cabeza, viste como es… Y ésta que se va… y bue… ¿Qué se le va a hacer?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Walter parecía haber vuelto a la normalidad. Eso pensó su
compañero. Todo era normal. Era normal que estuviese triste. Era normal que
sintiese algo de celos. Era perfectamente normal.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Lo que su compañero nunca supo era que, para Walter, nada de
esto era normal. Lo normal hubiera sido seguir casados. Comer asados los domingos.
Salir a pasear con el perro. Que Sole se embarazara. Tener un bebé. Tal vez
tener otro. Crecer. Envejecer. El divorcio no era normal. Que ella se fuera con
otro no era normal. Que ella desapareciera de Villa Allende no era normal. No
podía ser normal.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>—El lunes me voy con
Marcos, nos vamos a vivir al sur.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Tenía que salir.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Abandonó todo y fue hasta la oficina de su jefe.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Necesito salir un rato para hacer unos trámites en el
banco— dijo Walter. El jefe aceptó sin reproche alguno. No era extraño. La municipalidad
estaba abierta sólo por la mañana, al igual que el banco. Por tal motivo era
frecuente que sus empleados solicitaran un permiso para hacer trámites. Nadie
se sorprendió. A nadie le importó demasiado. Simplemente, su compañero le hizo
la pregunta de rigor.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¿Tenés que ir al banco?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Sí, me acordé de unos trámites que tenía que hacer.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Walter salió esa mañana de la municipalidad sin dar lugar a
sospecha alguna. ¿Quién podía esperar algo malo de un tipo como Walter? </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>—El lunes me voy con
Marcos, nos vamos a vivir al sur.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El último disparo se escuchó a las trece. La gente del
barrio estaba comiendo. Muchos se acurrucaron en sus casas. Un par de hombres
valerosos salieron a ver. No había sido lejos. Una de las viejas del barrio
llamó a la policía. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>—El lunes me voy con
Marcos, nos vamos a vivir al sur.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Eran las doce. Walter entró a su casa. Una pocilga a la que
había tenido que mudarse después de terminar su relación con Sole. No pensaba
con claridad. O tal vez pensaba con demasiada. O tal vez su mente era un
laberinto que no hallaba otra salida. Su escopeta se ocultaba arriba de aquel
ropero mal armado. Tomó una silla. Se paró en ella. Estiró el brazo y la
rescató. La colgó en su hombro. Estiró el brazo otra vez para alcanzar las
balas. Dos. Eran suficientes.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Salió de su casa sin ser visto. El arma se recostó en el
asiento de acompañante. Un asiento que llevaba mucho tiempo vacío. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i>—El lunes me voy con
Marcos, nos vamos a vivir al sur.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Era difícil ver el camino. Miraba el arma de reojo, buscando
en ella la paz arrebatada. Nada de esto era normal. Lo sabía.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No golpeó la puerta. Era su casa. Entró. Sabía que ella
estaba ahí. Había renunciado a la biblioteca para emprender su viaje. Estaría armando
las valijas. No había un auto en la entrada. Ella estaba sola. Eran las doce y
media. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El arma arrastraba su punta contra el piso. Walter caminaba hacia
la habitación. Sus ojos se llenaron de horror al cruzar el umbral. Ella estaba
ahí, armando las valijas. Quitándolo todo de aquel dormitorio en el que ambos
había pasado los mejores momentos de sus vidas. Bueno, para Walter eran los
mejores momentos de su vida. Sole dormía con otro allí. Había otro en el lado
derecho de la cama. Había nuevos momentos felices en aquel cuarto.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—¡Walter!— dijo ella sobresaltada. Luego soltó una risita de
alivio. No había visto el arma—. Me asustaste.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Así que te vas…</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Te lo dije, Walter. Aparte es mejor para vos. Podés
encontrar a alguien, rehacer tu vida.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Pero yo te amo. No puedo dejarte ir…</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En ese instante, los ojos de Sole vieron aquello que colgaba
del brazo de Walter.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Walter, ¿qué hacés con eso?— dijo Sole, dando unos pasos
hacia atrás.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
—Perdón, Sole, pero no puedo dejarte ir.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Primera bala. Un cuerpo cae al piso con el rostro
destrozado. Walter llora. Llora como es debido. Llora de verdad. Abandona el
dormitorio mientras seca sus lágrimas con el puño de su camisa. No soporta el
dolor. Ella ha muerto. No se irá con él. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Llega al comedor. Segunda bala. Si apoya el arma contra su
mentón, su cerebro volará en pedazos, junto con sus putos recuerdos. Pero si la
pone en su pecho, su corazón volará junto a ese amor de mierda que siente por
Sole. La ha matado, la ha asesinado. Pero no fue a sangre fría, fue con la
sangre caliente. Fue con brotes de dolor. Fue por culpa de ese maldito amor, de
esos putos recuerdos que no puede dejar ir. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En su mentón, lo ha decidido. La bala sale y por el techo se
esparcen los restos de sus recuerdos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Villa Allende está conmocionada. Todos rodean la casa.
Marcos llega. Un policía lo detiene en la puerta. Ve la sangre. Vomita. Vomita sus
ilusiones. Vomita sus sueños y proyectos. Nada queda de Sole y Walter.</div>
María Virginia Venturahttp://www.blogger.com/profile/00253538984432089695noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8562534426879502829.post-1298085023265146002011-06-10T09:26:00.000-07:002014-01-28T06:55:43.413-08:00La NocheAturdiéndolo, la noche había llegado. La noche se encarga de llenar tu mente de pensamientos, de recuerdos, de deseos. La noche viene a aturdir con su silencio.<br />
<br />
<br />
Leandro miraba el reloj que llevaba en su muñeca mientras caminaba sin sentido, como si el tiempo en realidad importara. Eran las ocho de la noche, sí, en invierno la noche llega antes, por eso es una estación tan triste. <br />
<br />
Los sonidos del silencio son los sonidos de tu propia mente que persigue una verdad que nunca llega, avasallándote con preguntas inútiles. Las visiones de la noche. Rostros, cuerpos, colores. También los perfumes. Todo lo que yace en tu mente dormida despierta por la noche.<br />
<br />
Leandro estaba aturdido, encandilado, mareado. Imágenes. La noche había llegado para mostrarle imágenes de cuerpos blancos, de sangre corriendo. La noche le susurraba cosas al oído, sobre la muerte, la sangre, el dolor. Pero lo peor eran esos ojos, esos labios, y la taza que se derramaba una y otra vez. Ella.<br />
<br />
Ella y sus labios.<br />
<br />
Ella y su pelo.<br />
<br />
Ella y su nombre… ¿su nombre? ¡Su nombre! ¡Era posible! La noche le había traído su nombre, un nombre que tal vez fuera suyo. Selene. La diosa de la luna, la suicida.<br />
<br />
Unos pasos hacían eco sobre los suyos, sí, eran otros pasos. Pasos delicados, suaves, como de una creatura más liviana que el aire que sólo toca el suelo para marcar esos pasos.<br />
<br />
Selene. El nombre ¿lo trajo la noche? Tal vez fue ella. Ella no quiere ser una cazadora anónima. Ella es ahora Selene.<br />
<br />
Ignacio ha muerto y su nombre aparece. La autora está orgullosa de su obra. Una idea atormenta ahora a Leandro. Una sola idea. Ella ha matado por él.<br />
<br />
Matar por amor. Matar es peor que morir. El alma se muere con nuestra víctima. En ese momento, el hombre deja de estar vivo para convertirse en algo más, algo que camina sin corazón asesinando para vivir, para sentir. Sin alma.<br />
<br />
Ella era la creatura sin alma, la asesina. Pero Leandro sabía que había algo más. Algo había con la sangre. En sus sueños siempre se derramaba el líquido escarlata. Tal vez fuese un simple anuncio de la muerte.<br />
<br />
Un frío intenso recorrió sus vertebras una a una. Una idea, un pensamiento, una sospecha. La piel se le erizó. Ella estaba en su mente, viendo todo lo que dormía guardado allí. Toda persona amada, todo aquel a quien había odiado, esos los cuales lo habían dañado alguna vez.<br />
<br />
No demoró demasiado en figurarse la segunda víctima. Si el próximo cuerpo era de esa mujer, aquella que había hecho todo por arruinar su carrera. Esa mujer incapaz de perdonar el pasado, como si ella misma careciera de uno. Sí, la próxima. La cacería comenzaba de nuevo. Selene lo amaba, ella lo estaba vengando, estaba cazando en su nombre.Ma. Virginia Ventura "La Vampira"http://www.blogger.com/profile/07876478188198111690noreply@blogger.com0